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Me roba el alma
tu dermis encendida,
mi llamarada provoca
el respirar profundo
cuando mi dialecto rojo,
rosa tu germen volcánico.
Me roba el alma
tu dermis encendida,
mi llamarada provoca
el respirar profundo
cuando mi dialecto rojo,
rosa tu germen volcánico.
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Me roba el alma
la ambición de tus sagacidades
en las sábanas que nos unen,
estrella perspicaz, luchas
hasta encontrar la alborada,
tu asistencia husmea
cada rincón de mi fuente.
Me roba el alma
la ambición de tus sagacidades
en las sábanas que nos unen,
estrella perspicaz, luchas
hasta encontrar la alborada,
tu asistencia husmea
cada rincón de mi fuente.
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Me robas el alma
cuando te vistes de erotismo,
arrebatada por el bálsamo
que provoca las horas escondidas,
la humedad encerrada
nos cubre por completo
en el pasar de las horas.
Me robas el alma
cuando te vistes de erotismo,
arrebatada por el bálsamo
que provoca las horas escondidas,
la humedad encerrada
nos cubre por completo
en el pasar de las horas.
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Sí, me roba el alma tu erotismo
y en las horas siguiente
dejo de ser yo para volverme
tan solo un macho alzado
cubriendo a su hembra.
Sí, me roba el alma tu erotismo
y en las horas siguiente
dejo de ser yo para volverme
tan solo un macho alzado
cubriendo a su hembra.
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Juan Ricardo Sagardía
SANTOAMOR
1 comentario:
sutil y erótico poema Ricardo, un abrazo Gus.
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